La Comisión ha publicado el cuadro europeo de indicadores de la innovación de 2021, en el que se muestra que los resultados de Europa en materia de innovación siguen mejorando en toda la UE.
Por término medio, el rendimiento en materia de innovación ha aumentado un 12,5 % desde 2014. Se observa una convergencia continua dentro de la UE, en la que los países con resultados más bajos crecen más deprisa que los países con mejores resultados, así que la brecha de innovación entre ellos se reduce. Según el cuadro de indicadores de la innovación regional de 2021, publicado al mismo tiempo, esta tendencia existe en la innovación de todas las regiones de la UE. En el panorama mundial, la UE tiene mejores resultados que competidores como China, Brasil, Sudáfrica, Rusia e India, mientras que Corea del Sur, Canadá, Australia, Estados Unidos y Japón constituyen el pelotón de cabeza.
Por primera vez este año, el cuadro europeo se basa en un marco revisado que incluye nuevos indicadores sobre digitalización y sostenibilidad medioambiental, por lo que se adapta mejor a las prioridades políticas de la UE. En función de sus resultados, los países de la UE se dividen en cuatro grupos: líderes en innovación, grandes innovadores, innovadores moderados e innovadores emergentes.
Con el puesto 16, España se sitúa entre los innovadores moderados, dos posiciones por detrás que un año antes, junto a países como Italia, Chipre, Malta, República Checa, Lituania, Portugal y Eslovenia, cuyo desempeño oscila entre el 80 y el 100% respecto a la media de la UE.
Andalucía se encuentra en el grupo de los Innovadores Emergentes dónde el rendimiento de innovación ha aumentado en la serie histórica de 2014 a 2021 (10,6%), ocupando el puesto 13 a nivel nacional y el 177 a nivel europeo entre las 240 regiones UE contempladas en el Informe.
Desde 2001, el cuadro europeo de indicadores de la innovación viene ofreciendo un análisis comparativo de los resultados en materia de innovación en los países de la UE, otros países europeos y regiones vecinas. Evalúa los puntos fuertes y débiles relativos de los sistemas nacionales de innovación y ayuda a los países a determinar en qué ámbitos necesitan hacer hincapié.
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